Artículo | IN-XILIOS, SAUDADES VISUALES. Por Alejandro Vásquez Escalona
La fotografía quizás surge para hacernos sentir que cualquier territorio es cercanía. Que creemos no extrañar la ausencia. Que en la memoria visual, aunque pareciese un viaje permanente, puede habitar lo sedentario. La postergación por el anhelo en regresar. El fotógrafo, con su deseo de citar desde la representación esos pedazos de universo que alguna vez habitó, se coloca a veces en una insistente vigilia afectiva. Eso sentimos cuando vemos las fotografías en el libro In-xilios de Aaron Sosa. Calidez en el paisaje. Cercanía en los seres que lo viven. Sensaciones íntimas y personales, lo referencial es intrascendente. En Panamá estuvieron esas imágenes, pero pueden habitar en cualquier otra ciudad.
In-Xilios es un ensayo constituido por cuatro capítulos o secuencias fotográficas de unas catorce a veinticuatro imágenes y una especie de epilogo: una fotografía solitaria de una ventana horizontal por donde vemos un cielo nubloso e interminable. En el piso interior desde donde apreciamos la ventana, un charco de agua refleja la imagen que nos da el ventanal. Algo así como un resplandor metafórico. La anunciación del mundo no accedido desde una representación de fronteras imaginadas solamente. Deseadas. No vedadas. Posiblemente una incitación a la continuación del viaje en imágenes.
Desde In-Xilios, emana un sentimiento de autorreflexión. De búsqueda emotiva. De tanteo sensitivo. De pensar sosegado y develamiento de una vida insinuada como novedad: El niño que ve al jardín pluriverdoso por la hendidura de la cortina marcada por un grafismo vial: la palabra speed sobre una flecha indicativa de direccionalidad o la X en círculo como marcas citadinas. En apariencia mira el sosiego de la naturaleza vegetal doméstica, pero subyace en la memoria un reverberar del caos urbano. El hombre de la bicicleta desde la orilla del mar, mira la raya del horizonte como deseo por lo desconocido. Como presunto anhelo de un recuerdo adelantado. Especie de epifanía de un saudade.
En In-Xilios, sentimos un fluir constante de las dinámicas vitales urbanas, sin premeditaciones. El contraluz del saxofonista sugiere una reafirmación de lo imprevisto como música de jazz en vivo. Se siente una ciudad desperezándose briosamente en cada individuo que quizás, sin enterarse absorbe una necesidad vital por la dinámica constante. Un ser humano que cree saber lo que desea. Con lo que tropezará en su andar. Cree.
Los cuerpos y retratos en contraluces, las superficies vidriosas en brumas, las identidades sugeridas, el vuelo de aves cercano a las manos de un alguien inacabado, quizás nos develan una permanencia de lo vital, pero desde un posible silencio de indagación interpretativa. Una especie de hibernación para insuflar fluidez al relato fotográfico. Para que la narración se mueva en susurros cálidos. No en estruendo.
En cada una de la fotografías del ensayo de Aaron, gotea ese halo autoral interpretativo de sus estados de ánimo hacia lo urbano donde despliega su quehacer. Son visiones pensativas porque desbordan lo icónico para adentrase en lo que asume y entiende como su vida en esta manera de sentir, más que en esta ciudad.
El autor de In-Xilios sabe que mira un universo fragmentado desde el agujero del visor. Cada imagen que viaja desde la lejanía hasta su cámara, se transforma en fotografía donde subyace una cierta identidad de lo afectivo, pero desde la incertidumbre. Sin pretensiones totalizadoras de los sentimientos humanos. Quizás intuye lo que sostiene el cineasta ruso Bela Balàzs: “la fotografía es la melancolía de un fragmento inconcluso”. Puede que por eso, estas imágenes no contextualizan, son desganadamente referenciales.
¿Qué otros suspiros urbanos no develados anidarán entre éstas imágenes pensativas que nos muestra Aaron Sosa en In-xilios? Cuánta necesidad nos creará para buscar lo que Jhon Berger señala como revelaciones oraculares Para sentir eso que se desbordó fuera del encuadre de la jaula de ilusiones donde se empozaron estas fotografías que increpan la intimidad?. En la ausencia de contestación puede que habiten luciérnagas en perenne aleteo fosforescente de lo vital. Puede.
Alejandro Vásquez Escalona
Montevideo 2019
Para ver la serie IN-XILIOS Panamá