IN-XILIOS
Photographs by Aaron Sosa
Introduction by Ramon Grandal
Book "IN-XILIOS Photographs by Aaron Sosa"
Everybody knows that to emigrate it's not an easy process, a lot of things has been said about it. The exterior landscape changes but it also changes the inner landscape. How a photographer looks at both landscapes? How to commune within himself the exterior and the interior? What remains in his gaze and transfers from the old home to the new one? These are the questions with which Aaron Sosa tries to answer through 76 images (76 keys) at In-Xilios: a visual essay about an emigrant Venezuelan photographer who is watching and discovering Panama, his current living place and, at the same time, rediscovering himself because, at the end, travels are exactly for that. Educated in the Street photography tradition, Sosa's work always points to try to dissect reality. He cuts it, rummages it, analyzes it, makes hypothesis about it. In this case, the Central American country's particular reality in an specific moment of its history, which becomes parallel to the particular moment of the photographer's history. The exterior and the interior are in constant communication with each other. Panama is also -specially for the five last years- the second home many Venezuelan emigrants. In a certain way, Sosa's gaze is the gaze of all his countrymen. So, he becomes part of a tradition of migrant photographers like Atget or Kértesz (relatively speaking, of course) whom transformed in icons the cities where they were living. Sosa's photographs offers to us complex, poly-semantic, fractals readings about the everyday, the places he is living or the pieces of reality he is constructing through the camera lens. Even if every image is a reproduction, representation, reconstruction, reinvention, in his work this is obvious. But not obvious because it's rough or not deep enough, but for its immediate air of disturbance; for what it has of the imagination and of the imagine: a discrete game of seduction with the fantastic. Probably this is possible because he is also working from the reproduction, representation, reconstruction and reinvention of his own identity. There is no objectivity in this book, every image is a frame of mind and there's a long time that photography stopped pretending to be objective. Each one of these images is a notation about a process -the travel, the migration- that is a initiation ritual: we set out from a state of mind to transform ourselves and return being another. On the road, all the Circes and Laestrygonians, all the landscapes, all the times we dream about Ithaca.
Kelly Martínez - Publishing House Igneo/Ediquid
IN-XILIOS
All photographs taken 2010 / 2015
Photographs by Aaron Sosa
Introduction by Ramon Grandal
Languages: English / Spanish
Graphic Design: Gisela Viloria
Publishing House Ediquid
Publication date: Jul 2015
Cover: Double softcover
Size: 173mm x 173mm
Pages: 90
Images: 76
ISBN: 978-0-692-46661-2
Edition: 500
Libro “IN-XILIOS Fotografías de Aaron Sosa"
Todos sabemos que emigrar no es fácil, mucho se ha dicho ya sobre ello. Cambia el paisaje exterior y cambia, también, el paisaje interior. ¿Cómo mira un fotógrafo ambos paisajes? ¿Cómo comulgan el exilio exterior y el interior? ¿Qué se transporta en la mirada, se transpola de la vieja casa a la nueva? Estas son las preguntas que intenta responder, en 76 imágenes -76 claves- In-Xilios, de Aaron Sosa: un ensayo sobre un venezolano que mira y descubre Panamá -la ciudad en la que ahora vive- y, al mismo tiempo, se redescubre a sí mismo pues, al fin y al cabo, para eso también son los viajes. Formado en la tradición de la fotografía de calle, su trabajo apunta siempre a intentar diseccionar la realidad; la corta, la hurga, la analiza, la anota, hace hipótesis sobre ella. En este caso, la realidad particular de un país centroamericano, en un momento específico de su historia que, a la vez, se hace paralelo con un momento preciso de la historia del fotógrafo. Afuera y adentro se comunican. Panamá, además -y en los últimos cinco años- se ha convertido en la segunda casa de buena parte de la emigración venezolana por lo que Sosa está mirando, de alguna forma, por todos sus coterráneos. Así se une, también, a esa larga lista de fotógrafos migrantes, a las voces de personajes como Atget o Kértesz que, convirtieron las ciudades que habitan en íconos. Sus fotografías ofrecen lecturas complejas, polisemánticas, fractales, de la cotidianidad; de los espacios que habita o de los fragmentos de realidad que construye a través del lente. Aunque toda imagen es re-producción, re-presentación, reconstrucción, re-invención, en las suyas eso se hace evidente. No evidente por burdo, sino por el inmediato aire de alteración que presentan, por lo que tienen de imaginación e imaginado; un discreto juego de seducción a lo fantástico. Y tal vez eso sea posible porque también trabaja desde la re-producción, re-presentación, reconstrucción, re-invención de su propia identidad. Aquí no hay objetividad, hace mucho la fotografía dejó de pretender ser objetiva, sino estados de ánimo. Cada uno, una notación sobre un proceso -el viaje, la emigración- que es un ritual iniciático: se parte de un estado para transformarse, para volver siendo otro. En el camino, todas las Circes y los lestrigones, todos los paisajes, todas la veces que soñamos Ítaca.
Kelly Martínez - Editorial Igneo/Ediquid
IN-XILIOS
All photographs taken 2010 / 2015
Photographs by Aaron Sosa
Introduction by Ramon Grandal
Idiomas: Ingles, Español
Diseño Gráfico: Gisela Viloria
Publishing House Ediquid
Publication date: Jul 2015
Cover: Double softcover
Size: 173mm x 173mm
Pages: 90
Images: 76
ISBN: 978-0-692-46661-2
Edition: 500
Sobre IN-XILIOS por Wilson Prada
Su ojo derecho reconstruye, reta al equilibrio. Se asombra del gerundio de la vida que todo acciona y todo mueve. En este fotógrafo, una vez que dirige su mirada, las líneas inician su batalla: Las verticales hacen su frontera para crear espacios nuevos que pretenden cierta beligerancia. Las diagonales preparan la su fuga para ir a otra imagen. En el autor, ese juego geométrico se hace firma. Aarón segmenta la imagen a la vieja usanza de Frank, Koudelka o Friedlander quienes viajaron hasta él a través de las andanzas con Ramón Grandal, uno de esos fotógrafos en los que la docencia abraza la mirada.
De estas derivaciones surgen las barreras de la crítica clásica que contrapone la obra nueva a su panteón de héroes o a su galería de autores canonizados. Alguien diría entonces que debemos salvar las distancias de aquellos nombrados y este joven y es aquí donde las palabras de Jeff Wall resuenan en mis lecturas: “Mi opinión era que la fotografía artística clásica había llegado a su perfección, y que cualquier cosa que hiciéramos en aquel momento, yo o cualquier otro, sería un logro menor. Probablemente éste sea un mecanismo de defensa común entre los artistas cuando se enfrentan con la obra de sus superiores. Cualquier intento por evitar el encuentro con el término "mejor" en arte se convierte en una manera de evadir el problema”. Por ello decido no salvar diferencias. Estas son imágenes de un ahora y un asombro que le pertenece a Sosa cuyas derivaciones han sido decantadas en el estudio y la investigación para un espectador-lector que le es contemporáneo.
Contrariamente a quienes en la búsqueda inútil de una originalidad mal entendida han dejado un cementerio de miradas huérfanas de ubicación histórica; Sosa recrea una mirada propia que, por suerte, puede ser enmarcada en una escuela y en un movimiento estético claramente definido.
En In-Xilios podemos encontrar un autor cuyas imágenes se me antojan serias, lejanas a ese humor negro que caracteriza a otras escuelas de la fotografía de calle. Aarón es un fotógrafo que reacciona ante la luz y la complejidad de la composición marcando distancia con la cacería del sujeto. Tal vez por ello, este libro es un buen ejemplo de un arqueo de miradas. Un catálogo de encuentros, un corpus conformado por excelentes fotografías sueltas lo que también rompe con ese estándar de historia narrada o de discurso necesario ya en desuso. En este libro, las imágenes pasean con sus propios impulsos. Es un mirar la calle sin pretensiones de objetividad periodística. Al contrario, es un mirar la calle con claras pretensiones estéticas sin poner en riesgo la vivencia y la libertad que las hace posibles.
Como en todo andar Aaron nos deja, en algunos casos, esa imagen-estación que permite descansar la caminata para el disfrute de la actividad contemplativa.
Me atrevería a decir, al tenerlo en mis manos, que su lectura visual corrobora que tal como es la calle es el libro: disperso, discontinuo, desprovisto de narración. Términos que para muchos parecen cargas negativas pero que a mi parecer son aciertos importantes en la obra de quien nos muestra la lucha entre estar pero no pertenecer, residir pero no morar. Un encuentro con la lucha de lo que nos rodea vs la evocación de lo que dejamos y que aún no se desprende. In-Xilios es una verdadera caminata por una realidad tratada con muy buen criterio además de una excelente impresión en el papel.
Debo recoger entonces este fragmento del hermoso texto que Ramón Grandal nos ofrece en torno a Aaron Sosa. “Que el exilio-in-Xilios de Aarón es más un estado de ánimo que una visión objetiva y consciente, es cierto. Pero, hay fotógrafos que hace tiempo nos cansamos de la objetividad y sus implicaciones políticamente correctas y visionamos un lugar inexistente pero cálido y acogedor que nos permita continuar tranquilos haciendo lo que hacemos… fotografías.”
Wilson Prada
Venezuela 2015
IN-XILIOS, SAUDADES VISUALES.
Por Alejandro Vásquez Escalona
La fotografía quizás surge para hacernos sentir que cualquier territorio es cercanía. Que creemos no extrañar la ausencia. Que en la memoria visual, aunque pareciese un viaje permanente, puede habitar lo sedentario. La postergación por el anhelo en regresar. El fotógrafo, con su deseo de citar desde la representación esos pedazos de universo que alguna vez habitó, se coloca a veces en una insistente vigilia afectiva. Eso sentimos cuando vemos las fotografías en el libro In-xilios de Aaron Sosa. Calidez en el paisaje. Cercanía en los seres que lo viven. Sensaciones íntimas y personales, lo referencial es intrascendente. En Panamá estuvieron esas imágenes, pero pueden habitar en cualquier otra ciudad.
In-Xilios es un ensayo constituido por cuatro capítulos o secuencias fotográficas de unas catorce a veinticuatro imágenes y una especie de epilogo: una fotografía solitaria de una ventana horizontal por donde vemos un cielo nubloso e interminable. En el piso interior desde donde apreciamos la ventana, un charco de agua refleja la imagen que nos da el ventanal. Algo así como un resplandor metafórico. La anunciación del mundo no accedido desde una representación de fronteras imaginadas solamente. Deseadas. No vedadas. Posiblemente una incitación a la continuación del viaje en imágenes.
Desde In-Xilios, emana un sentimiento de autorreflexión. De búsqueda emotiva. De tanteo sensitivo. De pensar sosegado y develamiento de una vida insinuada como novedad: El niño que ve al jardín pluriverdoso por la hendidura de la cortina marcada por un grafismo vial: la palabra speed sobre una flecha indicativa de direccionalidad o la X en círculo como marcas citadinas. En apariencia mira el sosiego de la naturaleza vegetal doméstica, pero subyace en la memoria un reverberar del caos urbano. El hombre de la bicicleta desde la orilla del mar, mira la raya del horizonte como deseo por lo desconocido. Como presunto anhelo de un recuerdo adelantado. Especie de epifanía de un saudade.
En In-Xilios, sentimos un fluir constante de las dinámicas vitales urbanas, sin premeditaciones. El contraluz del saxofonista sugiere una reafirmación de lo imprevisto como música de jazz en vivo. Se siente una ciudad desperezándose briosamente en cada individuo que quizás, sin enterarse absorbe una necesidad vital por la dinámica constante. Un ser humano que cree saber lo que desea. Con lo que tropezará en su andar. Cree.
Los cuerpos y retratos en contraluces, las superficies vidriosas en brumas, las identidades sugeridas, el vuelo de aves cercano a las manos de un alguien inacabado, quizás nos develan una permanencia de lo vital, pero desde un posible silencio de indagación interpretativa. Una especie de hibernación para insuflar fluidez al relato fotográfico. Para que la narración se mueva en susurros cálidos. No en estruendo.
En cada una de la fotografías del ensayo de Aaron, gotea ese halo autoral interpretativo de sus estados de ánimo hacia lo urbano donde despliega su quehacer. Son visiones pensativas porque desbordan lo icónico para adentrase en lo que asume y entiende como su vida en esta manera de sentir, más que en esta ciudad.
El autor de In-Xilios sabe que mira un universo fragmentado desde el agujero del visor. Cada imagen que viaja desde la lejanía hasta su cámara, se transforma en fotografía donde subyace una cierta identidad de lo afectivo, pero desde la incertidumbre. Sin pretensiones totalizadoras de los sentimientos humanos. Quizás intuye lo que sostiene el cineasta ruso Bela Balàzs: “la fotografía es la melancolía de un fragmento inconcluso”. Puede que por eso, estas imágenes no contextualizan, son desganadamente referenciales.
¿Qué otros suspiros urbanos no develados anidarán entre éstas imágenes pensativas que nos muestra Aaron Sosa en In-xilios? Cuánta necesidad nos creará para buscar lo que Jhon Berger señala como revelaciones oraculares Para sentir eso que se desbordó fuera del encuadre de la jaula de ilusiones donde se empozaron estas fotografías que increpan la intimidad?. En la ausencia de contestación puede que habiten luciérnagas en perenne aleteo fosforescente de lo vital. Puede.
Alejandro Vásquez Escalona
Montevideo 2019
INXILIOS PANAMA
Introducción
por Ramón Grandal
Hace años un gran amigo poeta escribió “que irse era algo muy complicado”. Hoy pienso que es cierto. Te vas y dejas todo pero sobre todo, alli en aquel lugar dejas un espíritu que fabricaste en años.
Llegas al otro lugar y lo mas difícil es acostumbrarte al espejo, al nuevo espejo, que te devuelve tu nueva imagen. Quizás NO aquella que tenias allá, llena de recuerdos y vivencias irrecuperables y te ves a ti tan real como este nuevo lugar. Piensas y piensas como te vas a re-inventar como ser humano y entonces llega la gran pregunta ¿y en la profesión?
Siempre he estado interesado en fotógrafos dueños de una actitud ante la fotografía más que en sus fotografias. Hay muy notables coincidencias en muchos fotógrafos a través de la historia basta pensar solo en Atget y Kertesz, el primero exiliado en su propia ciudad a finales del XIX, el otro siempre exiliado de su origen húngaro. Ambos traspolaron siempre el concepto del espejo y la ventana para adaptar la ventana en espejo y el espejo en “su ventana”.
Tengo y guardo el enorme placer de haber compartido “criterios y certezas” sobre fotografía con un joven Aaron Sosa en mis años de exilio-in-xilio en Caracas. Hoy compartimos un in-xilio-exilio que nos acerca más en la vida y la fotografía. Las fotografías de Aaron son más espejos que ventanas o más ventanas que espejos. Se unen y fragmentan visiones y destinos. El niño asomado entre cortinas, en la primera foto de este trabajo, mira hacia fuera esa ciudad en siluetas dividida en dos por el fino visel de la ventana, de un lado la ciudad perfilada a contra-luz del otro la vastedad.
Que el exilio-in-xilio de Aaron es más un estado de ánimo que una visión objetiva y consciente, es cierto. Pero, hay fotógrafos que hace tiempo nos cansamos de la objetividad y sus implicaciones políticamente correctas y visionamos un lugar inexistente pero cálido y acogedor que nos permita continuar tranquilos haciendo lo que hacemos... fotografías.