Holocausto, de Aarón Sosa

El rostro, a diferencia de la cara, se asienta en el cuerpo pero no es parte del cuerpo. Viene de más allá. Nos indica el lugar de una interioridad insondable, única e irrepetible que, de algún modo, nos remite a la infinitud de Dios antes que aludir a la mera finitud de lo orgánico, pues en sí mismo es una huella de la luz de la creación; así pensaba el filósofo judío Emmanuel Lévinas, quien insistía, por ello, que la dimensión de verdad del rostro nos obligaba a una ética, antes que a una estética, ya que es la constancia, la evidencia fuera de toda duda, de que ante nuestros ojos existe un ser humano.

En cierto sentido, el retrato, como ya había descubierto Christian Boltanski, es lo contrario de un holocausto, de un sacrificio. El sacrifico consiste en la vida que se entrega a una verdad metafísica, puramente conjeturada, mientras que el retrato representa la manifestación más palpable de lo metafísico en la vida, de su dignidad incuestionable.

El triunfo del sobreviviente no consiste solo en haber pasado, a diferencia de su victimario, la prueba del tiempo; el triunfo del sobreviviente reside, más que en otra cosa, en la insistencia de la dignidad humana contra un poder que pretendía sustentarse, de un modo monstruoso, en su deshumanización. De allí que la nobleza del sobreviviente sobrepasa a todo individuo, logrando encarnar la dignidad misma de todos los hombres, el triunfo de la humanidad. El rostro del sobreviviente es, de esta manera, un monumento. Sobre esta huella de la dignidad indestructible gira el objeto que nos muestra el trabajo aquí presentado: la dignidad que en lo frágil, no obstante, nos revela el rostro de Dios. Rostros que han atravesado el punto más bajo de la humanidad, el horror más impensable y que, pese al sufrimiento padecido, nos hablan como aquel verso de Paul Celan, un sobreviviente de la Shoah, demasiado sensible para llevar a la vez la memoria del horror y el peso de la poesía: “el mundo se ha ido, me toca a mí llevarte”. Si la dignidad pudiese verse en imágenes, sería la imagen de estos sobrevivientes.

Erik Del Bufalo

Investigador y filósofo

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